TESTOSTERONA URBANA “AFTER EFFECTS”
Revanchismo urbano
La seguridad ciudadana de la que Nueva York se vanagloria no es casual, sino el fruto de la conocida “época de Giuliani” que se inició con la promulgación de la llamada Estrategia policiaca número cinco, la cual tuvo como tarea “reclamar los espacios públicos de Nueva York”. Comenzó en el verano de 1994, cuando Rudoph Giuliani barrió las calles en el nombre de la “tolerancia cero”. Limpió la ciudad, pero acabó lanzando el alma de la Gran Manzana por la borda de río Hudson. Times Square se convirtió en sucursal de Disneylandia, Manhattan degeneró en coto de los nuevos ricos y el puente de Brooklyn fue testigo de la diáspora que no cesa.
Giuliani representó el nuevo revanchismo urbano con nombre de autor y altas dosis de testosterona que, según Neil Smith, encabeza otro tipo de venganza (Smith, 1996). En vez de culpar a los capitalistas por fraude, a los propietarios por abandonar sus edificios y a los líderes públicos por atrincherarse en intereses raciales y de clase, señaló a las personas sin hogar, a los mendigos, a las prostitutas, a los paracaidistas, a los grafiteros, a los ciclistas imprudentes y a los jóvenes rebeldes, como los mayores enemigos públicos del orden y la decencia: los culpables de la descomposición urbana y generadores del temor ciudadano (Smith, 1996).
Smith analiza cómo el nuevo urbanismo revanchista está sujeto, en varios sentidos, a los espacios cambiantes de las ciudades en la economía global. Desde el pensamiento de Lefebvre hasta el de Castells y el de Harvey, la llamada crisis urbana de los 70 fue entendida como la que surge de la crisis de la reproducción social, un urbanismo apegado a criterios estrictos de lucro. Se ha erosionado la vocación histórica de las ciudades de servir a una creciente población considerada como «desechable» y, en cambio, se ha creado un ambiente propicio para que los gobiernos municipales se transformen en entidades empresariales. En el barrio del Raval de Barcelona se vive una situación similar. Cada vez que emerge el conflicto, éste trae consigo un despliegue policial que apaga momentáneamente el fuego, pero no trata los problemas de base, fruto de medidas urbanísticas tomadas deprisa y, a veces, bajo presiones. Para evitar que se empañe la imagen de la ciudad el Ayuntamiento pone en práctica ordenanzas cívicas que regulan, según su criterio de civismo, el uso del espacio público. Para Manuel Delgado (Delgado, 2007) Barcelona es un ejemplo de la dejación de las responsabilidades principales que tienen que mostrar las instituciones políticas frente al marcado autoritarismo que ejercen sobre los sectores más frágiles de la sociedad.
Cecilia Martín ha escrito ¨Enlarge Your City¨, un estudio sobre la marca ciudad y los efectos de la testosterona sobre la epidermis urbana.
